sábado, 9 de noviembre de 2013

Los Federales gobiernan Buenos Aires

En Agosto de 1827, la Sala de Representantes se reunió con el objeto de elegir un nuevo gobernador para la provincia. La elección recayó en el líder de los federales porteños, Manuel Dorrego.
retrato de Manuel Dorrego
Ante la ausencia de un gobierno central, Dorrego debió hacerse cargo del manejo de las relaciones exteriores de las provincias. Así, unas de las primeras tareas de lo que debió ocuparse el gobernador fue el conflicto con el Brasil. Aunque intento continuar la guerra, sus esfuerzos fueron infructuosos y debió iniciar negociaciones de paz. En agosto de 1828 se firmo un tratado que estableció la independencia de la Banda Oriental, que se convirtió en la Republica Oriental del Uruguay. La gran mayoría de los porteños recibieron la paz con un enorme alivio: con ella llegaba a su fin una larga contienda y terminaba el bloqueo del puerto de Buenos Aires, lo que posibilitaría la reanudación de las actividades comerciales y la recuperación económica de la provincia. También concluiría el reclutamiento de hombres para integrar el ejercito y el gobierno podría disponer de fuerzas para luchar contra los indígenas y para controlar a los bandoleros que azolaban las zonas rurales.
Sin embargo, los términos del acuerdo fueron rechazados por los jefes del ejercito que había luchado contra el Brasil, porque los consideraba deshonrosos. Además, los oficiales eran fervientes partidarios del bando unitario y manifestaban un profundo rechazo por Dorrego. Los unitarios porteños aprovechaban esta situación para derrocar al gobernador y retornar al poder. Bajo el liderazgo del general Juan Lavalle, el 1de diciembre de 1828 se produjo un levantamiento militar unitario que destituyo a Dorrego y disolvió la Sala de Representantes. El gobernador depuesto huyó a la campaña en búsqueda del auxilio del comandante de milicias de la provincia, Juan Manuel de Rosas. Lavalle se hizo designar gobernador y partió en búsqueda de Dorrego. Al mando de algunas fuerzas leales, el gobernador depuesto fue completamente derrotado por Lavalle en la localidad de Navarro el 9 de diciembre. Pocos días después, Dorrego fue traicionado por algunos de sus oficiales y entregado al jefe unitario, quien ordeno su fusilamiento.





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