domingo, 10 de noviembre de 2013

La derrota de Lavalle y el avance de los unitarios



Dorrego fue asesinado por orden de Lavalle el 13 de diciembre de 1828.
El gobierno fue asumido por Lavalle quien inició una violenta persecución contra los federales, mientras Rosas aumentaba su liderazgo en la campaña, y lograba el apoyo de los indios pampas.
Lavalle no fue reconocido en su cargo por la Convención Nacional, siendo acusado por el fusilamiento de Dorrego, como traidor. Las fuerzas nacionales quedaron al mando de Estanislao López como General en Jefe, siendo secundado por Juan Manuel de Rosas, quienes marcharon contra Lavalle, que había fallado en su intento de invadir Santa Fe y había decidido regresar a Buenos Aires.
Las fuerzas federales se enfrentaron a las unitarias en “Puente de Márquez” siendo Lavalle vencido, y dirigiéndose a Cañuelas para entrevistarse con Rosas, firmándose allí un pacto el 24 de junio de 1829 por el cual se convenía el cese de las hostilidades y la designación de una Junta de Representantes encargada de elegir un nuevo gobernador, que se haría cargo de las fuerzas.
Ese pacto, que incluía como cláusula secreta para unir posiciones, sostener una lista única de representantes que designarían a Félix de Álzaga como gobernador, fracasó, y las luchas civiles continuaron.
Mientras todo esto ocurría en Buenos Aires, en el interior también unitario y federal se enfrentaban violentamente, y la guerra civil se extendía por las provincias.
En abril de 1829, el general unitario José María Paz marcho hacia Córdoba al frente de un reducido contingente militar. Una vez allí enfrentó y venció al gobernador federal Juan Bautista Bustos en la batalla San Roque. El caudillo riojano Facundo Quiroga marcho hacia Córdoba al frente de unos cinco mil hombres para auxiliar a Bustos pero fue derrotado por Paz en la Tablada. A comienzos de 1830 Quiroga volvió a invadir el territorio cordobés pero fue nuevamente vencido en Oncativo.
En poco tiempo Paz logro extender su influencia por otras provincias del oeste y del norte del país, en las que derroco a los gobernadores federales y los reemplazo por unitarios. A mediados de 1830, las provincias gobernadas por unitarios conformaron una alianza militar llamada Liga del Interior o Liga Unitaria, cuyo objetivo era terminar con los federales en todo el territorio. Los integrantes de la Liga le  otorgaron el mando militar a Paz, la retiraron a Buenos Aires el manejo de las relaciones exteriores  y se comprometieron a organizar el país por medio de la sanción de una constitución unitaria.

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